jueves, 3 de abril de 2014

De cuando se puso a llover

Por esa extraña necesidad que solemos tener (y contra la que trato luchar a diario) de clasificar, separar y pretender diferenciar cosas, actos o momentos, iba a comenzar el post con algo así como: "Todo comenzó de una forma que finalmente resultaría engañosa. El cielo, con nubes sueltas por aquí y allá, era de un azul profundo, con un sol radiante pero frío." Y no hubiese sido un mal comienzo salvo por el hecho de que nunca fue un comienzo, sólo una continuación.

Córdoba, Mexico, jungla, Veracruz
Bajando desde Córdoba.

Desde que inicié esta gran bajada tenía claro que estaba pasando por los días más fáciles del viaje, y que lo que tenía por delante tampoco iba a resultar especialmente complicado. La orografía de la zona era bastante llana, y me venía muy bien, porque el tramo de México central me había dejado físicamente algo tocado. No deja de resultar gracioso como algo de frío pudo afectarme tanto, aunque tenía muy claro que no era únicamente el frío. Es inevitable que a lo largo de todo este periplo tuviese momentos bajos, cuando uno sale cuenta con ellos, y lo cierto es que estaba sorprendido de que hubiesen tardado tanto en llegar. Por suerte, en lo que debió ser lo peor de ellos aparecieron los compañeros de los que ya os hablé.


Magno, Osborne, Toro, mexico, cicloturista, veracruz
Como en casa.
La cuestión es que a pesar de todo, no estaba preparado para lo que me vino a continuación. Desde Córdoba seguí bajando hasta Joachin, en una jornada de unos 85 km de los cuales aproximadamente 80 fueron en línea recta y 40 de bajada. Así que no llegué a cansarme ni aburrirme. Dejé atrás el paisaje de montaña para pasar a lo que, a primera vista, me pareció una gran llanura, pero que, a poco que te fijas, te das cuenta que más que una simple llanura, me da la sensación de lo que debería ser la desembocadura de un gran río, como mi imaginación dibuja la del Danubio. Hasta donde abarca la vista esta frondosa llanura deja ver, de tanto en tanto, pequeñas manchas de agua. El ganado que, de tarde en tarde, o bien pasta en zonas anegadas o se agolpa en pequeños promontorios para tumbarse al sol. Toda la zona está inundada.

Tabasco, inundado, campos, mexico
En llanuras inundadas

Como ya tengo por costumbre, ruedo por la autopista de peaje, lo que hace que los poblados se encuentren cada vez más separados. Así que cuando voy completando la jornada, me dejo caer hacia Joachin para buscar refugio. Después de hacer un poco de limpieza y mantenimiento a la bicicleta, pregunto por algún lugar donde comer y me voy para un pequeño puesto junto al vecino. La verdad es que me pongo las botas, y a la hora de pagar le tengo que repetir tres veces la comanda a la dueña del negocio porque realmente no me puedo creer que haya sido tan barato. A lo largo de la velada escucho, más que hablo o pregunto, a los lugareños sobre las peleas de gallos que están agendando para el mes que viene. Al parecer van a por un gallo que es "pura metralleta" y que con un poco de coca se pondrá como loco. Por lo que entiendo, ciertos gallos de los EEUU así como de la zona de frontera son especialmente valorados para estos temas.

Cosamaloapan, Veracruz, iglesia, ancla, mexico
Iglesia Cosamaloapan. Ancla y cruz torcida, nunca lo había visto antes.


Los siguientes días van pasando como los kilómetros bajo mis ruedas. La carretera es recta, sin apenas subidas o bajadas. Aburrida, en definitiva. Me vuelco en la música, los podcast o en mi mismo. Y tal como vino, se fue. El buen tiempo, quiero decir.

Empezó a llover. No sabría decir si fue de repente, o si comenzó poco a poco. De cualquier modo, daba completamente igual. No había tenido una manta de agua de ese calibre nunca. La ventaja es que, una vez empapado, la temperatura era agradable, con lo cual no pasaba frío, y pedalear no resultaba en exceso molesto. De forma que, incluso agradeciendo este cambio, me propuse disfrutar de ese infantil momento de "épica" que supone superar a los elementos y no me entendáis mal, no podría negarle nunca la épica a señores como Amudsen o Scott en su exploración del polo, a los grandes navegantes,  escaladores y demás... pero es que lo mío sólo era agua, y además a mi no me quedaba más opción que seguir. La épica viene de cuando tienes la opción de decir, "estoy harto y me vuelvo", si no lo puedes hacer ¿cómo llamarlo?.
Tabasco, rio, inundación
Desde uno de tantos puentes en Tabasco.

En cualquier caso, esa no tan insoportable lluvia fue calándome hasta los huesos de mi paciencia. Desde el mismo momento en que te levantas, hasta el mismo momento en que aparcas la bici, domina todo tu horizonte visual y emocional, día tras día. Todo lo haces pensando en ella: vas más rápido para llegar antes a donde sea, vas más despacio porque te vienes un poco abajo, cantas en voz alta para subir la moral, subes la música para abstraerte de todo, el agua que los camiones lanzan sobre ti deja de molestarte y poco a poco sientes el triste consuelo de ir tocando fondo.

Y te equivocas miserablemente.

Son ya unos 12.000 km sobre la bicicleta y de algo que estoy realmente contento y orgulloso es del rendimiento que los neumáticos han dado. Hasta que me doy cuenta de que estoy haciendo un esfuerzo excesivo para la velocidad que llevo. La rueda del remolque está pinchada. Arreglar un pinchazo bajo la lluvia no es sencillo, así que espero hasta pasar bajo un puente que cruza la autopista y me pongo a ello. Lo malo es que el viento tampoco ayuda así que finalmente me escudo en el muro de una caseta, bajo la lluvia, para localizar el pinchazo. Lo consigo, parche y monto. Lo malo es inflar, porque no consigo darle presión. Desmonto de nuevo la rueda y busco un nuevo pinchazo. Lo encuentro, parche, y monto. Sigo igual, así que repito el proceso, pero esta vez no la monto si no que busco más detenidamente más pinchazos. La rueda no está pinchada. Está pasada. Hay toda una línea de unos 15 cm de poros abiertos así que hago una cadena de parches. Doy presión y parece que aguanta. Todo bajo la lluvia, claro.

Como temía, sólo le he puesto un parche al problema (que gracioso soy...). La rueda sigue perdiendo aire así que cada 5/7 km paro para darle un poco de presión. Finalmente, y como no quedaba más remedio, llego a Heroica Cardenas. A estas alturas le hubiese prendido fuego a la bici... pero la lluvia no me hubiese dejado, así que paso comprar un par de cámaras para la rueda. Sustituyo y le doy presión a la rueda en una gasolinera. Con esto resuelto meto la bici en la habitación y después de ducharme caigo rendido en la cama. No sabría decir si fueron minutos o alguna hora más tarde escucho una fuerte explosión, de la cama al suelo, y de ahí a asomar la nariz sobre el colchón esperando ver un agujero de bala en la ventana o algo así... nada. Bueno, nada no, la rueda del remolque ha decidido despedirse a lo grande y casi me mata del susto. Ha explotado. Así que al día siguiente me tocará comprar una nueva cubierta. Al menos ha pasado aquí y no en mitad de ninguna parte, así que me vuelvo a derrumbar en la cama sabiendo que ya he tocado fondo.

Tras comprar el neumático para el remolque.

Lo malo del fondo son dos cosas: por un lado el fondo del mar no tiene siempre la misma altura, así que puedes buscar un fondo más bajo y por otro lado, tocar fondo no implica necesariamente salir de él (que se lo digan a nuestra economía). Por suerte no me encontré con ninguna de estas situaciones. Después de solventar el tema de la rueda, siguió lloviendo, y por supuesto que tuve días duros de viento en contra, pero de algún modo me lo pude tomar un poco más a "guasa". De ahí la carta abierta en Facebook que dirigí a Thor y que paso a reproducir.


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Amenazando a Thor
Estimado Thor,
Hasta hace unos días nuestra relación, al menos en lo que a mi respecta, estaba muy bien encaminada. Tú me enviabas vientos a favor y te agradecía la ayuda; me enviabas vientos en contra y te agradecía la oportunidad de hacerme más fuerte; mantenías en viento en contra dos o tres días y me ayudabas con mi resignación y mi paciencia; subías a 5 o incluso 6 y yo te adoraba con un par de pilas alcalinas duracell nuevecitas.
Algo se ha debido estropear entre nosotros porque desde que entré a Tabasco además de tus vientos me estás enviando agua, y mira que estoy pasando por alto que esta está sospechosamente calentita. Los primeros días me lo tomé con paciencia, los siguientes con resignación, pero macho, o cambias la canción o subo a los atrios de Valhalla y te doy tal hostia que le vas dar pena a Loki.
Atentamente, y arrugado cual pasa, tuyo,
Fernando.


HMD. Toma 1.

HDM. Toma 2.



Por supuesto hubo momentos de bajón. Sobre todo porque las noches se suponía que iban a ser el momento del día donde estaría seco y descansaría y claro... había sitios que esto se hacía un poco más complicado.

Hacía ya tiempo que bromeaba con mi familia con la cadena de hoteles HDM, pero fue aquí donde todo llegó a su cenit. Estuve tentado de montar mi tienda de campaña dentro de la habitación, pero con la manta de agua que había caído la pobre estaba tan calada como yo, así que desistí.

Al menos una cosa me quedó clara, se había complicado mucho estar en un sitio peor que este; pero cuando la necesidad aprieta acabamos dándole cancha a casi cualquier situación.

En cualquier caso, lo que me dejó tocado por un buen rato era saber que había gente que pasaba largas temporadas en el cuarto donde yo iba a pasar una única noche. Y pensar que siempre habrá alguien que mirará a estas personas con una cierta envidia porque su situación es aun peor. Descorazonador.














Mi ruta hacia Cancún había terminado de tomar forma, y mi próximo objetivo era Ciudad Del Carmen ya que se encuentra en una delgada linea de tierra que separa el mar de la Laguna de Términos. El acceso es a través de un puente de unos 4 kilómetros (con escaso arcén) que en su entrada a la ciudad te permite ver una pequeña parte del puerto.

Puente hacia Ciudad del Carmen.


Esperaba más de ciudad del Carmen. En realidad no hubo mucho que ver. Así que me hube de fijar tres nuevos objetivos: Mérida, Chichen Itza y Valladolid.


Pelicanos, mar brava, tabasco, mexico
¡¡Como los rotuladores!! Pelícanos!!


Pero eso lo dejaremos para más adelante.


Ver Sin título en un mapa más grande Pd. HDM: Hoteles De Mierda... con perdón.