domingo, 4 de agosto de 2013

El oeste del Parque nacional de Yellowstone



Estoy hecho un campeón en todos los sentidos. Por un lado soy capaz de despertarme a las 06.00 todos los días, pero también soy capaz de liarme de las más diversas maneras como para tardar un buen rato en ponerme en marcha.
En esta ocasión el "delito" es menos grave. Lo dejaremos en falta administrativa. Al fin y al cabo en el parque quiero hacer tiradas cortas y alternarlas con algún paseo.
Me voy para la cafetería a ver si desayuno algo. Y sí, desayuno algo. Porque algo es. Sin duda alguna es el peor desayuno hasta el momento. Recuerdo el de Whitefish y casi me echo a llorar.

Charlo un rato con Carmen y arranco.

Empieza duro el asunto. Es una fuerte subida que en un principio bordea las terrazas de Mamoth y después las supera. El paisaje es bonito. Muy bonito en algún momento, pero de momento no impresiona. De todos modos estoy a las puertas de Yellowstone aun. Llego al cenit de la subida. Aun no lo se, pero esta parte del parque es un altiplano y justo antes del alcanzarlo tengo una bonita cascada a mi izquierda, la cual retrato primorosamente. No es que esté cansado, es que me gusta hacer fotos.



Ya en el altiplano la cosa mejora bastante físicamente. La carretera discurre por la planicie dejando a ambos lados ligeras colinas que, desde fuera del parque, seguro que son impresionantes montañas.



Me cruzo con una cicloturista. Miriam, holandesa, rubia de veintipocos años. Está haciendo la transam. Por lo que me comenta se está dando un polizón dentro del parque. Por mi parte pienso hacerlo mucho más relajado y le comento que trataré de conseguir sitio en el siguiente campground (Norris), ya que parece que cerca hay unos geysers. Me lo confirma, ya que ella estuvo allí el día anterior. Nos despedimos y a rodar.

No tardo mucho en llegar al campground, que tiene el cartel de completo colgado. ¿Y ahora que hago? Pues me doy una vuelta, porque me extraña mucho que la zona de ciclistas esté ocupada, y efectivamente así es. De hecho, hay muchas parcelas vacías. No se porque han colgado el cartel de completo ¿quizás por las reservas? El caso es que me planto, y me dispongo a disfrutar de un rato de lectura, con los pies metidos en el rio, y el más impresionante bisonte que me haya topado a escasos 100 metros. Por suerte me presta tanta atención como yo a la poesía decimonónica del sur de Polonia.



En estas estamos cuando Miriam aparece de nuevo. Quería hacer el anillo superior del parque pero la carretera en obras le ha hecho desistir, así que se ha vuelto. Compartimos parcela y así nos sale más barato. Por supuesto no le pido el dinero, pero ella me comenta que si mañana llego hasta Grant Village, en el extremo sur del parque, ella me cederá su parcela. OK tenemos un trato.

Preparo unos espaguetis para ambos y a dormir, que mañana nos levantamos temprano.

http://www.movescount.com/moves/move15996031

Tal y como quedamos ayer, nos levantamos tempranito, con la fresca y a eso de las 6:50 le estamos dando a los pedales, ya desayunados y todo. La verdad es que no tengo un especial interés en llegar hasta el final del parque, pero por otro lado, lo de mantener, o al menos intentar mantener, la costumbre de despertarme temprano no me parece mal.

Si bien arrancamos juntos, lo que es estar juntos nos dura 5 minutos. Ayer, con tanto relax, no vi los geysers de Norris y ella ya los había visto el día anterior, así que, ella por su lado y yo por el mío. La verdad es que es una de las cosas que más me agradan de este modo de viajar: nadie te pide explicaciones ni yo siento la necesidad de pedirlas.

El campo de geysers de Norris es bastante amplio. Hay un par de trazados de aproximadamente 5 millas en total. Mucho kilómetro para ver agua caliente, así que me decido por el trazado amplio ya que intuyo que quedaré más que satisfecho. Resulta bastante interesante poder contemplar tan de cerca estas formaciones. Normalmente pozas cristalinas de paredes turquesas en las que no te meterías ni por todo el oro del mundo sólo por el olor… las burbujitas también son un buen indicativo de la temperatura. Pero es bonito.



Resulta que aunque el geyser de Old Faithfull es el más famoso de todos, mira lo que aprende uno, el más potente está en Norris. El motivo por el cual Old Faithfull es más famoso es por lo "puntual" que es, ya que expele su carga de vapor de agua cada hora y media, 10 minutos arriba o abajo, mientras que el de Norris lo hace cada 40 años, década arriba o abajo. No me siento especialmente afortunado, así que mejor no me espero mucho. De cualquier modo, sigue siendo impresionante la columna de vapor que deja escapar y que junto a otras menores que hay en los alrededores parecen ser la fábrica de nubes del mundo.





Como no, el ser humano ha dejado su impronta en el lugar. Al parecer había un geyser que era bastante regular y accesible, motivo por el cual, alguna caterva de genios, hace ya algunas décadas, se dedicaban a tirar piedras a la boca del geyser para ver si las lanzaba hacia el cielo (que digo yo que alguna lanzaría, y quizás incluso acertaría… bendito karma). Resultado: geyser taponado, y como además casi todos están conectados en este campo, se rompen los ciclos de otros de los geysers. Me ahorraré los comentarios.

A seguir.

Y para el sur voy, al principio con una agradable bajada donde me doy con unas cascadas que, bueno, no están mal, pero no nos engañemos, tampoco me quitan el aliento.





A partir de aquí empiezo de nuevo a subir. A la derecha un pequeño desvío con sentido único. Probablemente estaré más seguro aquí que en la carretera principal así que desvío entrando en un cañón con su rio, como todo cañón que se precie. Bastante apañado el sitio, pero el desvió es de apenas 4 millas así que vuelvo a la carretera y desde aquí hasta Old Faithfull voy realizando todas las paradas necesarias, las cuales están magníficamente señalizadas por el amontonamiento de RVs. Me parto de la risa cuando las adelanto, es mi pequeña venganza por cuando me adelantan casi rozándome. Que venganza más pobre, para lo que estoy quedando.









Finalmente llego a Old Faithfull. Intento hablar con Carmen pero la cobertura es pésima y, como es costumbre, acabo mosqueado. Será posible que a estas alturas siga sin haber creado un poco de calma zen. Voy a tener que hacer un cursillo de relajación, eso sí, que no sea online. A mi nivel de estrés también está contribuyendo que quiero comer y en el comedor hay demasiados culos para tan pocos asientos. Mezcla de suerte y avispamiento, opto por esperar a que se acerque la hora de la eyección del geyser, et voila, comedor vacío. Así pues sí.

Termino de comer como un señor y me acerco a ver la siguiente geyserización (necesito un diccionario de sinónimos a la voz de ya). Y como uno es un señor muy afortunado, llego a tiempo para ver como unas 300 personas se entretienen, bajo un sol de justicia, haciéndole la ola al geyser. La verdad es que es ridículo, pero me parece genial. No se porque, pero es así. Finalmente el geyser nos llama la atención a todos y nos ofrece lo que sabemos que nos va a ofrecer. Pero no por sabido es menos impresionante. Al final todo dura unos 4 minutos y nos vamos todos de allí tachando de la lista "Ver el geyser de Yellowstone".





Arranco la bicicleta de su letargo y me lanzo hacia… arriba, y más arriba. Hasta que llego a todo lo arriba que podía llegar, momento en el cual, sin más remedio, uno empieza a bajar. ¿Cuantas cosas en esta vida no se comportan igual?

La cuestión es que al final llego a Grant Village, donde me encuentro con Miriam, la cual a su vez está charlando con otro bicicliturista. Mañana los dos vamos hacia el sur, pero ella se quiere pegar una buena paliza, para llegar hasta Jackson y yo por mi parte quiero quedarme en Grand Teton NP, así que nos despedimos al irnos a dormir, ya que ella saldrá muy temprano y no llegaremos a vernos.