jueves, 21 de marzo de 2013

La visa a los EEUU


Empecemos porque no he andado muy fino últimamente. Tan poco fino como para haber comprado el billete de avión antes siquiera de haber comprobado detallada y minuciosamente los requisitos para el visado de entrada a los Estados Unidos. Mi error, haber pensado que como no pasaría 90 días seguidos en los EEUU ya que entraría y saldría de Canada, eso me permitía permanecer en el país con la visa normal de turista.


Ok, breve clase de visados para EEUU para no liarnos.

Si te coges tu avión, ida y vuelta a New York para hacer tus compritas porque el dolar está muy barato (osea, que quiero mis Manolo´s, chica!!) pues tu agencia de viajes te lo gestiona a través de un acuerdo que tienen los EEUU con 36 países (VWP) por el cual, con tu pasaporte electrónico, puedes estar 90 días sin tener que solicitar un visado de turista.

Peeeeeero, tate quieto, que si lo que quieres es hacer el indio, aterrizar en Chicago, coger una Harley y bajar por la ruta 66 hasta Los Angeles y cruzar a México para quitarte el polvo en sus paradisíacas playas entonces necesitas el visado B2 de rigor... bueno, si quieres ser mínimamente legal y no arriesgarte a que te impidan la entrada por los próximos 10 añitos en el país.
Así que, a por el visado B2, te va a costar la tontuna cantidad de 120 €, un paseo a Madrid y perder unas 3 horas en la embajada. Por cierto, si te lo deniegan, olvida los 120 €.

Bueno, finalmente parece que lo he obtenido, aunque hasta que no lo vea impreso en mi pasaporte no me quedaré tranquilo... pero tampoco del todo tranquilo porque aun me quedarán dos barreras por superar. Empezando por la última, el oficial de inmigración del aeropuerto de destino tiene la capacidad, no recurrible, de enviarte de vuelta si lo estima conveniente, inclusive aunque tengas la visa estampada en tu pasaporte (supongo que esto será bastante inusual, y obedecerá a causas de "fuerza mayor" como que el turista entre formando bronca, tenga una actitud sospechosa, etc).

Lo que nos lleva a la barrera número 1. Como los de las compañías aéreas saben esto, suele ser habitual que te obliguen a comprar un carísimo billete de vuelta, so pena de no dejarte embarcar, eso sí, cancelable ¿gratuitamente?

Es decir, a las malas te puedes encontrar en el aeropuerto, comprando un billete de vuelta de 2000€ mínimo, cruzar los dedos durante 14 horas de vuelo para que el oficial de aduana te mande de vuelta y entonces... no estas donde deberías estar, llevas 30 horas de vuelos, y eres unos 2000€ más pobre.

Virgencita, virgencita.